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RetroSport: La primer epopeya de los Pumas

  • Agustín Mónaco
  • 25 jun 2016
  • 6 Min. de lectura

Intro


Una medalla de bronce en el mundial de Francia 2007, la victoria frente a los Springboks (Sudáfrica) luego de 50 años y salir cuartos en la copa del mundo de 2015 son los méritos que tal vez mas recuerden los fanáticos argentinos sobre los Pumas. Pero este informe se va a centrar sobre el camino del seleccionado en la Rugby Word Cup de Gales 1999, la edición donde lograron anteponerse a diferentes adversidades y pronósticos consiguiendo pasar a cuartos de final por primera vez en su historia. Para mí, el punto de inflexión en la órbita del rugby mundial, el crecimiento de un equipo que lo llevaría a estar entre los 4 mejores del mundo.


Previo a la competencia


Gales 1999, el cuarto mundial de la historia, cuyas sedes fueron los países británicos (Gales, Inglaterra, Escocia, Irlanda) y Francia. El objetivo de los pumas, era el mismo de cada cuatro años: mejorar la performance de la edición anterior, ya que en los 3 mundiales antecesores tuvieron un nivel pobrísimo con tal solo una victoria (ante Italia en 1987) en los 9 partidos acumulados del ´87, ´91, y ´95.


La misión, dos meses antes del torneo, parecía tornarse algo imposible debido a que el equipo argentino sufrió cambios de técnicos y disputas en la dirigencia. José Luis Imhoff, quien era el entrenador desde 1996, tenía un creciente desgaste en la relación con sus jugadores, e incluso era llenado de críticas por sus dirigidos y otros dirigentes. Entonces la UAR (Unión Argentina de Rugby) decidió destituirlo y poner a Héctor "Pipo" Méndez, y al neozelandés Alex Wyllie como acompañante.


Pese a la nueva designación, los problemas técnicos no cesaron, ya que la UAR y el plantel rechazaron la lista de Méndez por no incluir a jugadores fundamentales para el equipo. Eso y varias discrepancias más contribuyeron a la de Renuncia de "Pipo" y la asunción de Wyllie como técnico a dos semanas del certamen mundial.


Plantel


FOWARDS:

Fernando Díaz Alberdi; Roberto Grau; Omar Hasan(3); Mauricio Reggiardo(1); Martín Scelzo; Mario Ledesma(2); Agustín Canalda; Pedro Sporleder; Alejandro Allub(4); Carlos Ignacio Fernández Lobbe(5); Raúl Pérez; Santiago Phelan(6); Rolando Martin(7); Lucas Ostiglia; Miguel Ruiz; Gonzalo Longo(8)


BACKS:

Nicolás Fernández Miranda; Agustín Pichot(9); Gonzalo Quesada(10); José Cilley, Felipe Contepomi; Lisandro Arbizu (13/C); José Orengo; Eduardo Simone(13); Diego Albanese(11); Octavio Bartolucci; Ignacio Corleto(15); Manuel Contepomi; Gonzalo Camardón(14); Juan Fernández Miranda.



Fase de Grupos


El sorteo dictaminó que los Pumas sean parte del grupo D junto a Gales, Samoa, y Japón. En la primera fecha se enfrentó al "XV del Dragón" (Gal). Partido pensado por muchos como un trámite para el equipo europeo, terminó siendo todo lo contrario. El equipo anfitrión solo se impuso con gran dificultad 23-18. El equipo argentino mostró un gran nivel, destacando a Gonzalo Quesada y su prestigioso pie al ser el único en marcar los puntos- en su mayoría de penal-.


En la segunda fecha el combinado nacional superó a Samoa por 32-16, con otro gran papel de Quesada, demostrando que lo hecho contra Gales fue meritó del equipo y no por exceso de confianza del rival, como decían gran parte de los fanáticos galeses. Y luego, para despejar dudas, derrotaron 32-12 a un débil Japón. De esta forma, los Pumas se clasificaron como mejores terceros y avanzaron a una instancia de eliminación directa- 8vos – play off- por primera vez en su historia


La batalla de Lens


En la noche del 20 de octubre, en el "Stade Félix Bollaert" de la ciudad de Lens (Fra), los Pumas estaban ante la oportunidad de sus vidas, el partido que les daba el boleto para hacer historia y estar entre los ocho mejores del mundo. Pero antes debían derrotar a una poderosa Irlanda, que venía de salir segunda en el grupo E (detrás de Australia). El equipo argentino tenía algo de nerviosismo ante la situación atípica que estaban viviendo, pero las ganas de seguir soñando los empujaría para intentar dar el batacazo.


Formaciones


Pumas: Ignacio Corleto (15) ( Felipe Contempomi); Gonzalo Camardón(14), Eduardo Simone (13), Lisandro Arbizu (12/c), Diego Albanse (11); Gonzalo Quesada (10), Agustín Pichot (9), Gonzalo Longo (8), Rolando Martin (7), Santiago Phelan (6); Ignacio Fernández Lobbe (5), Alejandro Allub (4); Omar Hasan(3) (Martín Scelzo), Mario Ledesma(2), Mauricio Reggiardo (1). DT: Alex Wyllie.




Irlanda: Conor O'Shea (15); Justin Bishop (14), Brian O'Driscoll (13), Kevin Maggs (12), Matt Mostyn (11); David Humphreys (10), Thomas Tierney (9); Dion O'Cuinneagain (8/c), Kieron Dawson (7), Andrew War (6); Malcom O'Kelly (5), Jeremy Davidson (4); Paul Wallace (3), Keith Wood (2), Reggie Corrigan (1). DT: Warren Gatland.



Desde los primeros momentos el equipo irlandés empezó a ejercer el dominio y las propuestas de ataque, imponiéndose rápidamente 6-0 con dos penales (3´; 7´) de su gran pateador David Humphreys, el apertura del equipo. Pero, a los pocos minutos, los Pumas reaccionarían con la anotación de Quesada -de la misma forma que lo hizo el irlandés-. Sin embargo, el conjunto europeo era el dominante, tenían mayor posesión del balón y más chances de try frente a un equipo con varias imprecisiones y mucha dificultad para acercarse a la zona de anotación contraria.


Con el correr de los minutos los dirigidos por Wyllie empezarían a levantar el nivel, ya no era el equipo que se defendia y tiraba la pelota al line out con la intención de ganar terreno. Ya podían avanzar por cuenta de su juego dentro del campo, aumentaron la posesión de la pelota, y se estaban acercando al ingoal contrario. Quesada igualaba el partido 9-9 con un penal, pero luego volvía a aparecer la precisión del 10 irlandes para seguir poniendo en la delantera a su equipo. Finalmente se irían al descanso 15-9 a favor de Irlanda en lo que parecía un duelo de penales, los de Humphrey contra los de Quesada.



El complemento parecía ser un calco del primer tiempo. Irlanda empezaba dominando y aumentaba la ventaja desde temprano con un penal y un drop convertidos por Humpherys (2’; 7’). Argentina contestaba con un penal de Quesada. Era un encuentro entre “francotiradores”: Quesada vs Humpherys, 10 vs 10, apertura vs apertura. En sus pies estaban las llaves del partido, ya que el try parecía algo muy complicado debido al gran nivel defensivo por parte de ambos equipos,

Pasados los veintiséis minutos el marcador estaba 24-18 a favor de Irlanda, todos los puntos anotados por los mismos jugadores y de la misma forma. Pero Se veía a un equipo argentino en ascienda, no era el mismo del comienzo, se hacia notar cada vez mas la garra impuesta y estaban al acecho de la zona de Ingoal europea. Se empezaban a cambiar los roles.


Minuto 32, da comienzo la hazaña. Se produce un scrum a favor de la Argentina en el extremo derecho de la cancha, cerca del ingoal irlandés. Agustín Pichot agarra la pelota tras salir de la formación y la pasa hacia Felipe Contepomi, quien estaba a su izquierda, este da un pase largo hacia el mismo lado y cae en la manos de Diego Albánese, que empieza a correr a toda velocidad hacia la zona prometida mientras los irlandeses fallan en el intento frenarlo, y por eso el numero 11 apoya la pelota y suma 5 puntos para los albicelestes. Tal vez fue la jugada más valiosa en la vida del wing izquierdo. Luego vuelve aparecer el pie mágico de Quesada para sumar otros tres puntos más de penal y poner a su equipo arriba por 25-24, y también empezar a coronar lo que era una remontada fantástica después de estar perdiendo por nueve. Y para empezar a soñar, el 10 argentino, el ya ídolo a partir de esta competencia, convierte un penal a 60 segundos del final.


Ante toda la alegría albiceleste, el árbitro asistente muestra el cartel luminoso indicando que se agregaban 6 minutos más. Cada segundo sería para el infarto. Pero, tackle tras tackle, los Pumas- emulando una especie de muralla - aguantaron a los europeos durante 8 minutos, a pocos metros de su línea de ingoal. Y así consiguieron la heroica victoria frente a un equipo que posteriormente se transformaría en el eterno rival del seleccionado argentino.


Sin reproches


En la siguiente ronda perdieron con Francia, equipo que sería sub campeón, pero hubo más orgullo que tristeza. El plantel argentino no se podía reprochar nada, llegó con el objetivo de lograr dos victorias y se fue siendo un equipo respetado por las grandes potencias. Inclusive su gran baluarte, Gonzalo Quesada, terminó siendo el goleador del campeonato con 102 puntos. Estos jugadores escribieron las primeras páginas del libro de los momentos históricos del rugby argentino, ellos lograron la primer epopeya de los Pumas. ![endif]--


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